El reto de perder peso

martes, 26 de agosto de 2014

Un globero en los Lagos

Desde niños, a todos aquellos que nos gusta la bici y el ciclismo, soñábamos con correr algún día el Tour de Francia. De mayores nos damos cuenta que aquel sueño es imposible para el 99% de los mortales y centramos nuestras aspiraciones en otros retos.

A estas alturas donde, a pesar de los años de afición al ciclismo, soy un novato en lo que se refiere a practicar este deporte, uno ya se siente ciclista sin correr ninguna carrera pro, simplemente vistiendo cada tarde de salida nuestro maillot y culotte y saliendo a la carretera a darlo todo.

Aún así, siempre quedan sueños, más modestos, que se pueden cumplir. Y el sueño de todo aficionado al ciclismo en este país es subir alguna vez en su vida la mítica ascensión a los Lagos de Covadonga en Asturias. Pues bien, ahí estuve yo, cumpliendo mi sueño de sentirme ciclista en un terreno que los mismos profesionales a los que admiro, acuden cada año.

Aprovechando mis vacaciones y que no había surgido ningún plan mejor, había planeado una excursión de un par de días por Asturias a hacer un par de rutas en bici y poder subir y probar las rampas de este puerto.
El viaje hasta Asturias en coche, con la bici en e maletero, terminaba en un pueblecito llamado Avín, donde había visto un camping que podía acogerme de manera barata este par de días.

Llegué por la tarde-noche, el tiempo justo para montar la tienda, comer algo, preparar para la ruta del día siguiente y descansar.

A la mañana, temprano, ducha, y a ponerme el "mono de trabajo". A las 9 am me pongo en camino. La primera parte, hasta el desvío hacía el puerto en Cangas de Onís, era muy "llevable", ya lo tenía previsto al haber llegado al camping haciendo el camino inverso. Por lo tanto, 16 kms sencillos de inicio para entrar en calor, necesario por otra parte puesto que la temperatura no era alta precisamente y las nubes, en parte negras, cubrían el sol que estaba queriendo salir.

Al tomar la salida al puerto en Cangas ya empezaban los nervios por la incertidumbre de saber si podría superar el reto, viendo que ya no había marcha atrás, y es que el puerto es duro de verdad:

Altimetría puerto Lagos de Covadonga
Desde la rotonda de Cangas hasta el Santuario de Covadonga el terreno es sencillo, nada duro, eso si, con carretera muy rugosa, se ve que de tanto paso de autobuses y coches.
En el Santuario se corta el acceso al tráfico, sólo pasan autobuses y furgonetas de transporte público. Y es donde empieza "lo bueno". De entrada la primera rampa al mirar el pulsómetro, del 11%. Esto empieza mal, jejeje.

Toda esta primera parte transcurre mayoritariamente a la sombra ya que hay mucha vegetación, con curvas de herradura cerradas donde los autobuses (muchos autobuses subiendo y bajando) en ocasiones tienen que parar y ceder el paso unos a otros.
Las rampas no bajan nunca del 9-10%, o eso me marca el pulsómetro, aunque el desnivel oficial es algo menor. Apenas puedo sentarme en algún momento porque como me siente, me caigo de la bici de tan despacio que voy.

Paso el mirador de los canónigos que tenía referenciado y de momento bastante bien, pero queda mucho según mis cálculos. La siguiente referencia que tenía referenciada era el cartel del comienzo de la famosa cuesta de "la huesera", aproximadamente a mitad de ascensión, donde tenía previsto parar a hacerme la típica foto y a reponer fuerzas con alguna barrita.
El caso que esta cuesta justo empieza donde termina la vegetación y mi idea era que se trataba de una recta de 800 m, pero en realidad tiene unas pequeñas curvitas que me despistaron, y más al no ver el cartel (se me debió de cruzar un autobus que no me dejó verlo). Me di cuenta de que estaba en la huesera al ver que ni depie avanzaba la bici y las pulsaciones estaban un km por delante de mi. Ahí tome la decisión de parar a descansar, ya que las vistas hacía arriba eran casi peor que lo que traía.

Cuesta de la Huesera


Al retomar la marcha estuve a punto de caer, porque poner la bici a andar con ese desnivel, se hace muy, muy complicado. De hecho, me golpeé una pierna, haciendome herida donde anteriormente había tenido otra.

Una vez retomada la marcha, lo primero que me encuentro es el otro mirador, el de la reina. Continuo al ritmo que puedo sabiendo que ya me queda poco hasta que por fin, veo la señal del primer lago, que alegría, ya está hecho!! Bajada, y vuelta a subir el último tramo, para llegar al restaurante y lago de arriba, el Ercina, donde terminaría mi subida.

Final de la subida


Llegué cansado, pero tocaba volver. Pausa para refrescarme, reponer agua y hacerme unas fotos que reflejaran el momento:

Almudena en el Lago Ercina

Posando en el Lago Ercina
Al subir vi a ciclistas bajando bien abrigados con cortavientos o manguitos, pero yo no había previsto esto y no llevaba nada de abrigo para el descenso, igual lo iba a pasar peor que subiendo...

Bajada al primer lago, al lago Enol y de nuevo fotillos:

Posando en el Lago Enol
Y ahora a bajar....bajar?? El comienzo de la "bajada" comienza con una subida del 12-14%!!! Que suplicio...

Como me había enfriado, nuevo parón para descansar aprovechando otro cartel para la foto

Foto de "cartel"
Ahora si, por fin la bajada, y además se abren los cielos dejando al sol calentar, con lo que no pasaré frío al bajar.
La bajada con más tensión, no es algo que haga a diario y no me fío mucho de mis trazadas y frenadas y mucho menos de las vacas que se cruzan o de los autobuses que suben y de los que bajan, que me hacen frenar e, incluso, poner pie a tierra en algún momento para dejarles espacio.

A partir de aquí las calamidades. A poco más de 1 km para llegar al santuario, primer contratiempo, bache que pillo y reventón de la cámara. A parar y cambiarla. Por suerte llevo 2...por si acaso. Segundo contratiempo, la bomba de hinchar se medio rompe y no acaba de dar bien aire. Ay que me voy andando hasta el camping...A medio inflar retomo el camino, con prudencia de no coger otro bache y poniéndome de pie más tiempo del que quisiera para proteger la rueda.

Me acoplo a tres ciclistas que me cogen (ya los había visto en el lago haciéndose fotos) y sigo su ritmo y charlo con ellos, viendo que la gente va muy preparada fisicamente, pero bueno, yo lo he conseguido.

En el pueblo de antes del camping, a 3 km, de nuevo el reventón. Otro bache y cámara "pellizcada". Otra vez a cambiar, pero sin reservas ahora. A ver si llego en bici al camping!!!
Afortunadamente llego sano y salvo, aunque con dos cámaras menos.

Ruta seguida a los Lagos de Covadonga


Después de la ducha, la comida y el descanso, incluida siesta, por la tarde me dedico a hacer turismo por Cangas, Arriondas (el fin de semana se hacía el descenso del Sella) y un mercado medieval en un pueblo cercano.

Al llegar de nuevo al camping, entre el cabreo con la bici y las pocas ganas de repararla en el camping, decido que al día siguiente me voy de regreso al pueblo. Mi objetivo estaba hecho y, aunque la segunda ruta me llamaba mucho también, el puerto del Fito tendrá que esperar.

Cosas positivas de la aventura: cumplir un sueño; comprobar que, aunque duro, tengo forma y fondo para hacer subidas de este tipo; y sobre todo la experiencia de haber realizado esta aventura en solitario.

Cosas negativas: los contratiempos con la bici; los autobuses de la subida; la soledad en ciertos momentos donde probablemente se necesite compañía; dormir en el suelo para retos de este tipo, la próxima vez hotel...

Y ahora, ¿he dejado de ser un globero?