Mañana fría y gris de domingo, en pleno mes de Junio, poco apetecible para hacer deporte, pero cuando pica el gusanillo, pica de verdad.
De nuevo nubes negras amenazaban tormenta o lluvia, pero al final se resistió a descargar y no hubo ducha, aunque eso si, el frío se hacía notar, sobre todo en las bajadas y en los claros donde corría el aire con fuerza.
El ejercicio se acercó a los 70 kms, 68 para ser exactos, en casi 3 horas. La intensidad que salió fue del 78%, un poco alta para lo que buscaba, pero otra vez como en días anteriores, cuando se acercaban las 2 horas de ruta, aparecieron los dolores y el cansancio y la solución, por increíble que parezca, fue aumentar el ritmo y con ello la intensidad. Hasta esas dos horas críticas, la intensidad si fue la que yo quería.
En el día de hoy me decidí a subir una vez el cerro Garabitas, a sabiendas que trastocaba los planes en cuanto a las pulsaciones, pero me apetecía para variar el circuito. La subida la he hecho en 6:25. Siempre que subo tomo las mismas referencias: un árbol al comienzo de la subida que está a la izquierda, y un tronco cortado al final que queda a la derecha (hoy me ha costado verlo por la cantidad de verde que había alrededor).
El tiempo de subida, por tener una referencia mia, con la bici de montaña, Caye, es de unos 8:15 aproximadamente.
Aquí los datos:
Y ahora una semana de viaje en la que será imposible coger ninguna de mis dos amigas, pero hará que el viernes regrese con ganas de salir. A ver si preparamos alguna ruta por la sierra para el sábado/domingo con Cayetana.
Habrá que portarse bien en lo que a comidas se refiere para no llegar de nuevo con algún kilo de más...
P.D: Algún día explicaré de forma fácil el tema de las intensidades: como se miden, que significan, etc. Pero eso, para otra entrada...
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