El reto de perder peso

domingo, 28 de julio de 2013

27-7-2013 Cercedilla

Fin de semana en el que había quedado con mi buen amigo Javi, el único del grupo de amigos que comparte conmigo la afición a la bici, aunque el la de montaña únicamente.

El plan era seguir una ruta por la sierra partiendo de Cercedilla que ya anteriormente había realizado el, así que no quedaba más que fiarme de el y de su buena orientación. 
Por lo que me había dicho era más de una hora subiendo de continuo para luego convertirse en una ruta algo más llevadera.

Quedamos en el parking de donde partía la ruta a las 9 de la mañana y ya se comprobaba que era una zona muy frecuentada, no sólo por ciclistas, que los había y muchos, sino también por senderistas y montañeros.

Comenzamos la ruta con unas rampas muy duras por la inclinación y por cogerlas en frío. Seguido de las rampas y siempre subiendo, pasamos un tramo de calzada romana llena de piedras donde tuve un buen susto. A los lados de la calzada empedrada, por el paso de la gente y las bicis, hay creados unos senderos para facilitar el tránsito. Lo malo es que el de fuera está justo al filo del barranco y en un momento dado una raíz se me cruzó (si, ya se, me la comí yo solito, la raíz estaba allí, jejeje) y me fui al suelo. Pegué un grito y Javi se volvió. Afortunadamente la bici se enredó no se como y me retuvo a mi y ninguno de los dos caímos por el barranco, pero yo ya estaba dispuesto a lanzarme contra un árbol para amortiguar la caída.

Seguimos la ruta y el segundo parón vino por un mal momento de Javi, que achacamos a la falta de hidratación. Se quedó sin fuerzas y a un lado de la pista se tuvo que sentar para recuperar.

Javi sufriendo en la subida

Pues no iba a ser lo único que nos iba a pasar. Según avanzaba la subida y la mañana, las nubes se cerraban y la temperatura bajaba. 
En un momento de esta subida empiezan a caer las primeras gotas, que se convertirá en lluvia fina, de esa que llaman calabobos, y que ya no se iría en toda la subida. 
Llegados a unos miradores nos paramos a descansar, a comer algo y a decidir si seguir (nos quedaban apenas un par de kilómetros para culminar la subida al puerto de la Fonfría) o si volvernos al coche visto el panorama que no parecía que fuera a cambiar.

Antes de darnos media vuelta


Al final decidimos volvernos ya que yo no había llevado ropa de abrigo y estaba calado. Y además la temperatura en este momento era de 11ºC, es decir, que ya estábamos teniendo frío.

Personalmente la bajada se me hizo eterna y sufrí bastante por lo motivos anteriores. Los dedos estaban tan fríos que alguno ya estaba cogiendo tono morado, lo que me impedía tener sensibilidad para frenar, y era una bajada larga, difícil según los tramos y llena de otros ciclistas que subían.

Al llegar al coche fue un alivio poder cambiarme para dejar la ropa calada y ponerme algo seco, aunque la ropa que llevaba no era tampoco para el tiempo que hacía, unos 18ºC y sin sol.

Al final estuvo regular la excursión a la sierra, pero era sólo una batalla, la guerra es muy larga y ya estamos pensando en cuando atacar de nuevo...



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